A día de hoy, el ácido hialurónico es uno de los tratamientos de estética facial que más fuerza está cobrando, tanto por la seguridad en su aplicación como por los resultados obtenidos.
En algunos pacientes los tratamientos de estética dental no proporcionan un resultado final a la altura, a pesar de su perfección. Esto ocurre porque los tejidos de la boca pueden perder diversas propiedades, como su firmeza o su volumen, lo que puede distorsionar la imagen final. En Clínica Bilbao ofrecemos una solución integral para que nunca pierdas tu mejor carta de presentación: tu sonrisa
El Ácido Hialurónico es una sustancia producida naturalmente por el organismo humano, un polímero natural presente en el tejido conjuntivo. Se puede encontrar en diferentes localizaciones, como el líquido sinovial, la piel o los humores acuoso y vítreo. Con el paso del tiempo esa sustancia se degrada y el organismo no es capaz de reponerla al mismo ritmo, lo que conlleva la pérdida de volumen y la aparición de arrugas.
En la actualidad, la producción de ácido hialurónico sintético cada vez cobra más fuerza en diversos campos de la medicina estética. En el campo de la odontología su aplicación complementa diversos tratamientos, en los que no se logra obtener un cierre adecuado de labios, o en los que a pesar de haber logrado una función dentaria correcta, el marco de la sonrisa no presenta la armonía adecuada.
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La composición del ácido hialurónico es muy parecida a la del propio organismo. De esta manera, minimizamos el riesgo de aparición de reacciones adversas.
La aplicación se realiza bajo anestesia local, por lo que el tratamiento no reporta ningún dolor al paciente.
El ácido hialurónico proporciona un resultado absolutamente natural durante al menos 6 meses. Además al ser reabsorbible, el paciente puede decidir si desea volver a someterse a un nuevo tratamiento o volver a su imagen previa.
El ácido hialurónico puede aplicarse para corregir una gran variedad de imperfecciones sin necesidad de pasar por quirófano:
Realza el contorno de los labios.
Corrige asimetrías aumentando el volumen de los labios.
Redefine el surco nasolabial.
Aporta una expresión más positiva.
Rellena cicatrices y arrugas periorales.
Restaura la papila interdental en casos de gingivitis.
Aumenta el margen de las encías, necesario en algunas ocasiones a la hora de realizar un implante.